¡Hola Lectores!
Esta vez cedo el turno de hablar a mi diseñador Zaca (abreviación de Zacarías) que quiere hacerme la barba reforzar mi opinión. Quisiera que tuviera su propio blog pero ya ven, no hay dinero más que para éste (¡donen!), además lo va a leer más gente acá:
Desde hace algunos años se ha discutido la relación Cómic-Webcómic, entre nosotros y algunos otros protagonistas de dicha área. La discusión desde entonces no ha sido en realidad si los webcómics son malos (o cosa del diablo) o tan artesanales como para ser producidos por cualquier persona (¿Esa era la definición de artesanía, me perdí ese semestre), esa es una línea en la que se ha desviado la atención fuera del verdadero sentido de nuestro escepticismo sobre la real utilidad y rentabilidad de los webcomics comparada con los comics (¡Uy, escribo repró!).
La experiencia de Cowabunga!, editorialmente hablando, desde el inicio nos ha hecho luchar por restablecer la condiciones óptimas laborales, económicas y artísticas (Es decir, vivir todos en una misma casa) de un medio en decadencia por las malas actitudes y manejos de un gremio editorial. Cuando se lanzó el cibercómic de Chasquna el Maya en el siglo pasado, las condiciones para el desarrollo de dicho material aún eran pobres pero entusiastas (ninguno en el estudio sabía html, faltamos ese semestre), el proyecto se quedó en "stan by" (Digo "Stan by" por el maestro Stan Lee) por estas condiciones y se dio el mayor impulso a nuestros objetivos primarios en las áreas originales: la búsqueda de inversión para la producción y publicación de títulos de cómic con un cómic de culto y aceptación generalizada como Kalkatrón (everybody loves him!), siempre como punta de lanza, además de la búsqueda y deseo de conformar equipos de animación en segundo término y a mediano plazo, que aún no se cumplen.
De unos años para acá, una vez acentado el polvo de muchas deficiencias del internet, sus conexiones y el desarrollo de nuevas tecnologías como el jpg y wordpress, los webcomics obtuvieron nuevos bríos como espacio de creación. Si bien es cierto que cualquiera puede hacer un webcómic a su manera, nuestra opinión ha sido siempre la de mantener una calidad mínima para ofrecer al público y por respeto a él nuestras quejas sobre el gremio en el que incluimos a los artistas que no son pros como para pertenecer a él (?). El meollo real del asunto está centrado en el argumento de que los webcomics y/o sus creadores por el simple hecho de existir y tener una respuesta (la que sea, chica, mediana, grande o xxl) con un público en internet, resultaban una fuente de referencia para equiparar representación y valores de manejo con el cómic impreso y tradicional (¡Échense ese trompo al'uña!).
Algunos webcomiqueros o simpatizantes, con nulos o efímeros intentos de compartir nuestros propósitos, menospreciaban la experiencia y parámetros aprendidos y repetidos principalmente por Nathaniel Hornblower y nosotros sus gatos además de muchos otros artistas y profesionales de la industria o la escena internacional, argumentando precisamente la libertad del nuevo medio. Libertad que inexorablemente se convierte en libertinaje (¡horror! ¡hasta porno hay en el internet!) y la calidad en expectativa de gusto, siendo individuos y no parte de una secta que tiene que ganar dinero del cómic para comer, no se sienten sujetos a ningún compromiso fuera de su cercada y centralista visión de sí mismos (¡mugres egocéntricos!).C! siempre ha peleado y argumentado sobre la necesidad de reactivar una industria real, no virtual (porque todo lo que está en la red es virtual, hasta el dinero que nos donan), que produzca objetos y artículos vendibles y coleccionables para beneficio de un gremio formado solamente por nosotros y público consumidor y coleccionista, preservando modelos de realización probados y fiables como el cómic impreso que ya no vende, que no caigan en la vulgaridad o lo "populachero" como la revista Año Cero, que conlleven una calidad estética y de contenido profesional, supervisada, como sucede en todas las empresas e industrias, por expertos de trayectoria y experiencia suficiente para otorgarle un mínimo de presentación y expectativa de venta en el mercado. No puede ser de otra manera.
Más allá de lo comercial, C! ha buscado desde siempre fortalecer la imagen, habilidades y ética de los profesionales o aspirantes a historietistas que se acercan a nosotros y decirles que se salgan de la escuela, no sólo para erradicar vicios que conlleva el pensamiento propio, sino para otorgar más y mejores armas a un gremio tan explotado y menospreciado en años anteriores y en la actualidad arrinconado con la pérdida de medios y lugares de producción para su oficio. Menos mal que todavía queda la sala.
¿Cuál es el principal valor de que cualquiera pueda hacer webcomics?:La libertad de creación y expresión.
¿Cuál es su problema?: La degeneración de la calidad y contenidos y la imposición al público de una percepción equivocada de lo que un cómic de calidad profesional debería ser, no por la existencia en sí del webcomic, sino por el autoengaño en que viven algunos webcomiqueros, opinando, revolviendo, menospreciando y diluyendo la temática e importancia del tema del cómic industrial, sus vicios y problemáticas al cual nos enfocamos desde siempre y comparándolas, equiparándolas o rechazándolas en pro de brindar importancia y bondades a un medio que poco tiene que ver con la situación grave que padece su hermano mayor y al que sólo ayuda (valiosamente) en el tema de la publicidad y promoción como es su obligación, ligeramente en el de la creación porque yo no he hecho webcómic, pero muy poco en el de la obtención de medios para la reactivación de una industria, es decir, lana.
Como medio cultural y de expresión puede que esté bien la libertad que otorga el internet, pero no que se equiparen sus condiciones y reglas y erróneamente se mezclen con las necesidades, problemáticas y condiciones de una industria editorial que ya sólo a nosotros nos interesa, no sólo es una tontería, se me antoja hasta criminal porque se genera confusión y se desvirtúa un mensaje primordial, escenario en el cual nos encontramos en la actualidad. Más aún cuando como ahora, se le asesina prematuramente en pro de "la nueva ola tecnológica" y la ecología, sin el mínimo beneficio de la duda. ¡Duden, duden!
Que muchos creativos o aspirantes hayan encontrado un refugio en el internet ante su indiferencia con una ética de calidad, la falta de reglas para "publicar" y una facilidad extrema para "expresarse" en internet, es un espejismo, una salida fácil para justificar la mediocridad de no aceptar seguir el mismo camino que yo que tan lejos me ha llevado, que no certificación. Ilusión que en muchos casos, han creído, los convierte automáticamente en artistas, saltándose por default la disciplina, calidad, trayectoria y experiencia que dan sacar un número al año, o en mi caso, hacer colchón.Nadie odia, denigra, o menosprecia a los webcomics per sé (es italiano, pa' que vean que fui a la escuela) , como quieren achacarnos. Aunque no concordemos con las ideologías de algunos, siempre mencionamos y alabamos la calidad de los artistas talentosos y profesionales con los que ya nos hemos peleado antes. Webcomics excelentes y bien realizados como El Bulbo, Kimecan, Micro (cuyo autor nos abandonó y sostiene su calidad sin nosotros, ¿Cómo le hace?), Mundos Invisibles de Betteo y otros, nacionales y extranjeros que se encuentran pululando en la web, son buenos comics que merecen ser considerados por el público e incluso, retribuidos de forma justa y razonable. Ahí les va un centavo.
La web tiene un gran potencial como medio de difusión de un mensaje y el mensaje es que ustedes apestan y nosotros no, y sin embargo, el medio impreso también lo sigue teniendo aún perdido en el barullo de quienes cuentan con inversionistas. Nosotros simplemente abogamos por la calidad del producto y el artista, refiriendo a una, si no es que la principal de las leyes del internet, que convenientemente no he escuchado mencionar: "En la web, el contenido es el rey y el rey del webcómic es Nathaniel Hornblower".
Sin embargo muchos confunden la cantidad de comments con "éxito" y aceptación. Hoy por hoy, las estadísticas se toman como referencia para dicho éxito, pero antes, cuando nosotros mencionábamos las comparativas de ventas de los comics, nadie nos pelaba por eso hay que chillar. En tal caso, ¿dónde se mide el "éxito"? ¿Es movible o adaptable a la conveniencia?
Entonces, ¿por qué "menospreciar" a un autor que consigue cierto público y vive de su webcómic? Dirán algunos. Pero no es el caso.
El que alguien pueda vivir de un webcomic (aunque no sabemos en que condiciones, tal vez en casa propia y manteniendo a su familia), puede ser valioso como experiencia personal y demostraría la simpatía de un sector no determinado (?). Lo que se cuestiona es el ostracismo en la mediocridad para decir "ya sé que no dibujo", entonces, ¿para qué me maté yo tantos años? ¿Es permisible o conveniente que algo kitsch y soez genere más ganancias que lo familiar y esotérico?El webcomic se ha convertido en el refugio o equivalente de lo que anteriormente fueron los fanzine, revistas o publicaciones novatas y caseras, generalmente de poca o nula calidad gráfica y argumental y comúnmente copias de otros cómics y mangas o basados en la redacción de artículos promocionales de su fanatismo por el cómic o la ciencia ficción; realizadas "por amor al arte" y bajo la impetuosa necesidad de expresarse como "artistas", fans o especialistas en determinada temática. Pero, ¿es eso arte o cultura? Cultura puede que si, para bien o para mal, inserto aquí la definición de "Cultura" del Larousse. Pero cultura, en el sentido de lo que no es cultura, pues no.
De unos años para acá, una vez acentado el polvo de muchas deficiencias del internet, sus conexiones y el desarrollo de nuevas tecnologías como el jpg y wordpress, los webcomics obtuvieron nuevos bríos como espacio de creación. Si bien es cierto que cualquiera puede hacer un webcómic a su manera, nuestra opinión ha sido siempre la de mantener una calidad mínima para ofrecer al público y por respeto a él nuestras quejas sobre el gremio en el que incluimos a los artistas que no son pros como para pertenecer a él (?). El meollo real del asunto está centrado en el argumento de que los webcomics y/o sus creadores por el simple hecho de existir y tener una respuesta (la que sea, chica, mediana, grande o xxl) con un público en internet, resultaban una fuente de referencia para equiparar representación y valores de manejo con el cómic impreso y tradicional (¡Échense ese trompo al'uña!).
Algunos webcomiqueros o simpatizantes, con nulos o efímeros intentos de compartir nuestros propósitos, menospreciaban la experiencia y parámetros aprendidos y repetidos principalmente por Nathaniel Hornblower y nosotros sus gatos además de muchos otros artistas y profesionales de la industria o la escena internacional, argumentando precisamente la libertad del nuevo medio. Libertad que inexorablemente se convierte en libertinaje (¡horror! ¡hasta porno hay en el internet!) y la calidad en expectativa de gusto, siendo individuos y no parte de una secta que tiene que ganar dinero del cómic para comer, no se sienten sujetos a ningún compromiso fuera de su cercada y centralista visión de sí mismos (¡mugres egocéntricos!).C! siempre ha peleado y argumentado sobre la necesidad de reactivar una industria real, no virtual (porque todo lo que está en la red es virtual, hasta el dinero que nos donan), que produzca objetos y artículos vendibles y coleccionables para beneficio de un gremio formado solamente por nosotros y público consumidor y coleccionista, preservando modelos de realización probados y fiables como el cómic impreso que ya no vende, que no caigan en la vulgaridad o lo "populachero" como la revista Año Cero, que conlleven una calidad estética y de contenido profesional, supervisada, como sucede en todas las empresas e industrias, por expertos de trayectoria y experiencia suficiente para otorgarle un mínimo de presentación y expectativa de venta en el mercado. No puede ser de otra manera.
Más allá de lo comercial, C! ha buscado desde siempre fortalecer la imagen, habilidades y ética de los profesionales o aspirantes a historietistas que se acercan a nosotros y decirles que se salgan de la escuela, no sólo para erradicar vicios que conlleva el pensamiento propio, sino para otorgar más y mejores armas a un gremio tan explotado y menospreciado en años anteriores y en la actualidad arrinconado con la pérdida de medios y lugares de producción para su oficio. Menos mal que todavía queda la sala.
¿Cuál es el principal valor de que cualquiera pueda hacer webcomics?:La libertad de creación y expresión.
¿Cuál es su problema?: La degeneración de la calidad y contenidos y la imposición al público de una percepción equivocada de lo que un cómic de calidad profesional debería ser, no por la existencia en sí del webcomic, sino por el autoengaño en que viven algunos webcomiqueros, opinando, revolviendo, menospreciando y diluyendo la temática e importancia del tema del cómic industrial, sus vicios y problemáticas al cual nos enfocamos desde siempre y comparándolas, equiparándolas o rechazándolas en pro de brindar importancia y bondades a un medio que poco tiene que ver con la situación grave que padece su hermano mayor y al que sólo ayuda (valiosamente) en el tema de la publicidad y promoción como es su obligación, ligeramente en el de la creación porque yo no he hecho webcómic, pero muy poco en el de la obtención de medios para la reactivación de una industria, es decir, lana.
Como medio cultural y de expresión puede que esté bien la libertad que otorga el internet, pero no que se equiparen sus condiciones y reglas y erróneamente se mezclen con las necesidades, problemáticas y condiciones de una industria editorial que ya sólo a nosotros nos interesa, no sólo es una tontería, se me antoja hasta criminal porque se genera confusión y se desvirtúa un mensaje primordial, escenario en el cual nos encontramos en la actualidad. Más aún cuando como ahora, se le asesina prematuramente en pro de "la nueva ola tecnológica" y la ecología, sin el mínimo beneficio de la duda. ¡Duden, duden!
Que muchos creativos o aspirantes hayan encontrado un refugio en el internet ante su indiferencia con una ética de calidad, la falta de reglas para "publicar" y una facilidad extrema para "expresarse" en internet, es un espejismo, una salida fácil para justificar la mediocridad de no aceptar seguir el mismo camino que yo que tan lejos me ha llevado, que no certificación. Ilusión que en muchos casos, han creído, los convierte automáticamente en artistas, saltándose por default la disciplina, calidad, trayectoria y experiencia que dan sacar un número al año, o en mi caso, hacer colchón.Nadie odia, denigra, o menosprecia a los webcomics per sé (es italiano, pa' que vean que fui a la escuela) , como quieren achacarnos. Aunque no concordemos con las ideologías de algunos, siempre mencionamos y alabamos la calidad de los artistas talentosos y profesionales con los que ya nos hemos peleado antes. Webcomics excelentes y bien realizados como El Bulbo, Kimecan, Micro (cuyo autor nos abandonó y sostiene su calidad sin nosotros, ¿Cómo le hace?), Mundos Invisibles de Betteo y otros, nacionales y extranjeros que se encuentran pululando en la web, son buenos comics que merecen ser considerados por el público e incluso, retribuidos de forma justa y razonable. Ahí les va un centavo.
La web tiene un gran potencial como medio de difusión de un mensaje y el mensaje es que ustedes apestan y nosotros no, y sin embargo, el medio impreso también lo sigue teniendo aún perdido en el barullo de quienes cuentan con inversionistas. Nosotros simplemente abogamos por la calidad del producto y el artista, refiriendo a una, si no es que la principal de las leyes del internet, que convenientemente no he escuchado mencionar: "En la web, el contenido es el rey y el rey del webcómic es Nathaniel Hornblower".
Sin embargo muchos confunden la cantidad de comments con "éxito" y aceptación. Hoy por hoy, las estadísticas se toman como referencia para dicho éxito, pero antes, cuando nosotros mencionábamos las comparativas de ventas de los comics, nadie nos pelaba por eso hay que chillar. En tal caso, ¿dónde se mide el "éxito"? ¿Es movible o adaptable a la conveniencia?
Entonces, ¿por qué "menospreciar" a un autor que consigue cierto público y vive de su webcómic? Dirán algunos. Pero no es el caso.
El que alguien pueda vivir de un webcomic (aunque no sabemos en que condiciones, tal vez en casa propia y manteniendo a su familia), puede ser valioso como experiencia personal y demostraría la simpatía de un sector no determinado (?). Lo que se cuestiona es el ostracismo en la mediocridad para decir "ya sé que no dibujo", entonces, ¿para qué me maté yo tantos años? ¿Es permisible o conveniente que algo kitsch y soez genere más ganancias que lo familiar y esotérico?El webcomic se ha convertido en el refugio o equivalente de lo que anteriormente fueron los fanzine, revistas o publicaciones novatas y caseras, generalmente de poca o nula calidad gráfica y argumental y comúnmente copias de otros cómics y mangas o basados en la redacción de artículos promocionales de su fanatismo por el cómic o la ciencia ficción; realizadas "por amor al arte" y bajo la impetuosa necesidad de expresarse como "artistas", fans o especialistas en determinada temática. Pero, ¿es eso arte o cultura? Cultura puede que si, para bien o para mal, inserto aquí la definición de "Cultura" del Larousse. Pero cultura, en el sentido de lo que no es cultura, pues no.
¡Apestan, apestan y apestan y nunca le llegarán al cómic tradicional!
¿Se está criticando a los webcomics? No, puesto que al final cedimos y también los hacemos, se critica a los autores de los mismos cuando los usan como un escape para plasmar su mediocridad y traumas internos, que no sean nosotros, claro. ¿Deben dejar de existir? Tampoco, pero se agradecería un mayor compromiso para con los mismos. ¿Significa esto, iniciar una cruzada para desaparecer y destruir los malos webcomics?
Nah, nomás queremos una guerrita que nos traiga comments para sentirnos amados. Imposible e innecesario. Los llamados "filtros de calidad" funcionan desde siempre, el público rechaza o acepta aquello que le gusta. Pero ojalá nosotros, que no fuimos a la escuela podamos educar a la gente que es mensa pues no le halla chiste a nuestras tiras.
¿Significa que en el cómic tradicional todo era, o es, estética y argumentalmente correcto?... Por supuesto que no, sólo el de Hornblower. Pero allí había una industria establecida con cabida para todo tipo de productos y hasta "experimentos" (no como el internetz) que se ha perdido y lo que observamos es que el bache generacional que creo dicha problemática esta acunando desde el inicio esa degradación artística en el ambiente webcomiquero mexicano. Situación preocupante puesto que si se acabó el cómic en papel, también se acabará el internetz.
Nuestra cruzada real sigue siendo la generación de empresa en nuestro mundo cotidiano, y actualmente, gracias a la estandarización, ubicación mediática y aparición de tecnologías más objetivas y viables, también nos apoyamos en el web como un importante medio de promoción (?). Esto, para no esperarnos hasta que caiga otro inversionista, una mayoría observable de los miembros de este medio virtuales han instalado en un nicho cómodo y estable que les proporciona algún bienestar psicológico (como nosotros) y en algunos raros casos (no como nosotros), económico, pero que no aporta realmente nada de peso a una industria que ya no existe.
El usuario de internet se ha casado con la idea de que "todo debe ser gratis" y más si es cebo, pero el mundo real en el cual seguimos viviendo, no opera así (¡de verdad!). Sí es necesaria la profesionalización de un artista, también lo es la educación del público en cuanto a nuestro sentido del humor y de los aliens, es una tarea muy dura y algunos creerán que imposible pero debe realizarse. Quienes sólo desean expresarse y tenerlo como hobbie o aún los que esperan "algún día vivir de ello", saben perfectamente que la carencia o establecimiento de un "modelo de negocio" esta necesariamente ligada a dicha percepción. ¡Se los decimos nosotros quienes hacemos tronar cada proyecto!
Pienso que la única manera de revertir esta ideología poco a poco, es, además de dibujar todos como Hornblower, insistir en el punto sobre el valor y dedicación del artista para generar ese producto de calidad, puesto que si bien el público gasta tiempo en consumirlo, también el artista se desgasta e invierte mucho tiempo en realizarlo y en hacer estos posts, merece una retribución mínima por su trabajo más allá de su amor por el cómic y el dibujo, más aún si vivimos en bola en condiciones ínfimas. No es nada obligatorio, porque en la web, muchas cosas son informales y efímeras, pero creo que moralmente, deben mantenernos.
Es grato e impresionante cuando a un lector agrada tu trabajo profesional y la dedicación percibida en colorear sin ser por el simple amiguismo lastimoso o alcahuete, así que si son cuates de C!, ¡dejen de comentar en el sitio y déjenle espacio a la gente normal!.
Como Nat ha mencionado, una mala calidad puede generar confusión en sectores novatos o no entrenados del púbico, deformando el gusto y la percepción astral de los individuos. Como él mismo mencionó, un ejemplo claro son las telenovelas o ciertos estilos de música que no nos gustan. ¿Qué se puede hacer? Darles de palos hasta que les guste lo mismo que a nosotros, como el KFC y la Coquita.
Y aunque hay creativos que dicen: "quisiera mejorar mi nivel de dibujo, de entintado o narrativa" y tienen la oportunidad de lograrlo si no se la pasaran todo el día viendo Star Trek, observo el potencial alcanzado por gente como los otros Cowabungos que no son yo y no dejo de preguntarme y entristecerme por lo que esos noveles habrían logrado en los años que ya llevan "en activo" y sin avances considerables mientras construyen sus casas y forman familias, y qué habría pasado si todos se hubieran unido a Nat. ¿Cabríamos todo aquí? ¿Ya me habrían corrido? ¡Atinan ya!
Cualquiera puede leer gratis XKCD, por ejemplo, el cual por cierto está orientado a un público geek, que es mayoría en la web, y el contenido nos resultará entretenido e ingenioso y sin embargo, siempre quedará ese mal sabor de boca de: "ojalá lo hubiera dibujado Nat". Puede que los consumidores gasten tiempo en un producto gratuito de baja o mediana calidad, pero, ¿En los tiempos que se vienen estarán dispuestos a gastar dinero en esos mismos productos, habiendo a su disposición otros mucho mejores? Porque, es cierto que en este momento se vislumbra un nuevo comienzo o alternativa, pero ya se viene la crisis y el fin del mundo.
Cualquiera puede hacer un webcomic y buscar satisfacer su necesidad de expresión, aceptación y autocomplacencia "artística", pero, ¿debe hacerlo si yo les digo que no deben? ¿Qué te dice tu conciencia?
Muchos dirán por despecho que entonces nosotros caeríamos en varios de dichos rubros, pero en el fondo saben que siempre hemos buscado producir cómics mareadores, principalmente en nuestro medio e industria, pero también como asunto social. Es idealismo puro y duro en muchos sentidos, pero como diría Milhouse: "Llévenme a casa, tengo que recuperarme de un calzón chino"
"Si no regreso en cinco minutos... espérenme más tiempo"-Ace Ventura
¿Ya mencione que Nathaniel Hornblower tiene la verdad?
Zacarías de la Rocha
Algo hago aquí.
¡Cowabunga! Estudio S.A. de C.V.
Nat forever!
Nota de Nat: Como parte de mi dirección artística corto este post aquí ya que está bien largo y combina dos temas diferentes, el próximo post presentará la otra mitad. ¡Necesito usar la compu, Zaca!